Un Domingo fuimos mi primo Luis Miguel, su tito Antonio y yo, al cauce del río. Nos tiramos toda la tarde andando, cogimos tortugas, peces, ranas y cangrejos. Al llegar a los chopos fue cuando conseguimos atrapar la mayor cantidad de presas. De pronto nos anocheció, fuimos al puente pero en mitad del río nos sorprendió un perro negro que salió de los matorrales y quiso mordernos, pero logramos asustarlo y pudimos continuar nuestro camino hasta llegar al puente. Al pasar por debajo salio una serpiente y nos asustamos. Continuamos nuestro camino y vimos un color naranja peludo que se escondía en la cepa de un chaparro. Nos miramos sorprendidos porque no sabíamos lo que era. ¡Una zorra y sus zorrillos! dijo Luis Miguel. La fotografía era muy bonita, estaba pescando barbos para alimentar a sus crías, sin darnos cuenta se nos hizo de noche. El día estuvo tan bien, que me dio pena irme de allí, pero era tan tarde y mi madre seguro que estaba preocupada, que no me quedó mas remedio que girar para mi casa.
Fue una de las aventuras mas impresionantes de mi vida.
Escrito por Rubén Ibáñez Ruiz.
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